Perfiles: Camilo Restrepo | Proimágenes Colombia

Camilo Restrepo nació en Medellín, Colombia en 1975. En 1999, a sus 22 años se trasladó a París, Francia, en donde vive actualmente. Es miembro de L’Abominable, un laboratorio independiente de cineastas que trabaja en celuloide. Sus películas han ganado en dos ocasiones el Pardino de Oro en el Festival Internacional de Cine de Locarno, además de participar en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes y los festivales de Toronto y Nueva York. Con Los conductos recibió el Premio Encounters a Mejor Ópera Prima en el Festival de Cine de Berlín 2020.

En 1998 culminó sus estudios como Maestro en Artes Plásticas en la Universidad Nacional de Colombia y en 2004, de l’École Supérieure des Beaux-Arts de París. Ha sido director de los cortometrajes Tropic Pocket (2011), Cómo crece la sombra cuando el sol declina (2014), fue galardonado con el Pardino D’argento en el Festival de Locarno por sus cortometrajes La impresión de una guerra (2015) y Cilaos (2016), los cuales también han hecho parte de la colección de instituciones educativas como Harvard, Princeton, Duke University, entre otras. Finalmente, La Bouche (2017) se estrenó en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes en 2017.

El colombiano se llevó el premio a Mejor Ópera Prima en la edición número 70 del Festival Internacional de Cine de Berlín por Los conductos, que tuvo su estreno mundial en la sección de Encounters, una nueva competencia que se lanzó con una nueva plataforma para celebrar trabajos arriesgados de cineastas independientes que le apuestan a perspectivas estéticas diferentes y a nuevas estructuras, que se realiza en paralelo a la Selección Oficial del festival.

Los conductos fue producida por Helen Olive y Martín Bertier, de 5à7 Films (Francia) y Felipe Guerrero, de Mutokino (Colombia). Es una ficción que sigue a Pinky, un hombre que huye de una secta religiosa, encuentra un lugar de refugio y un trabajo en una fábrica de camisetas ilegal. La idea nace de la historia de su amigo Pinky, quien interpreta su propio personaje en el largometraje y quien tenía un deseo de venganza y la intención de evitar el adoctrinamiento de otros jóvenes como él.
 
“La película se basa libremente en aspectos de la vida de mi amigo Pinky, quien interpreta el papel principal. Pinky realmente pasó varios años en una secta religiosa bajo las órdenes de un gurú que se hacía llamar el Padre. Cuando Pinky consiguió escapar de la secta, quedó con la idea fija de que su deber era matar al Padre si algún día se presentaba la oportunidad. Más allá de su propia venganza, Pinky pensaba evitar así el adoctrinamiento de otros jóvenes como él”.
 
El largometraje cruza registros de la pesadilla y la alucinación al tiempo que se va volviendo cada vez más política y más hambrienta por su propia realidad. Es un reflejo del carácter mismo de su obra audiovisual en general en la cual “relaciona la imagen audiovisual con los rastros de testimonios, cuerpos, y espacios como de la experimentación e intervención de diversos formatos fílmicos y found footage. Su mirada, política, radical e interdisciplinar aporta a las reflexiones contemporáneas sobre las formas de hacer cine”. (Presentación retrospectiva Cinemateca de Bogotá 2021).
 
Última actualización: Mayo, 2021