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Después del lanzamiento de la segunda edición remasterizada de Cinematografía en Colombia, tras las huellas de una industria, en la Feria Internacional del Libro de Bogotá - FilBo 2023, donde se convirtió en uno de los libros más vendidos, la publicación de Ícono Editorial y Proimágenes Colombia, escrita por Gonzalo Castellanos, se encuentra disponible para la venta en las principales librerías del país y plataformas digitales.

Con un valor de $53.000, se puede adquirir en la Librería Nacional de Bogotá, Medellín, Cali, Cartagena y Barranquilla; también en Ábaco Libros y Café, Casa Tomada, Garabato Librería Café, la Librería de la U, La Valija de Fuego, Librería Ex Libris y la Panamericana. Para lectura digital puede ser adquirido en Amazon.

El libro aborda la importancia del cine y el audiovisual como fenómeno social e instrumento de convivencia frente al conflicto armado y las cicatrices de un país caracterizado por inequidades y violencias. La esencia del libro es la concepción de un cine independiente, crítico y transformador, frente al modelo del audiovisual como industria, entorno productivo o de simple entretenimiento. Durante el lanzamiento de la segunda edición, el autor Gonzalo Castellanos V., la directora de Proimágenes Colombia Claudia Triana de Vargas y la cineasta Laura Mora conversaron sobre la pertinencia de la publicación de la segunda edición en medio de la coyuntura nacional, los retos de una política audiovisual contemporánea a la luz de las movilizaciones sociales, las aspiraciones de la población joven y la transformación de modos de producción, distribución y acceso ciudadano a contenidos y obras audiovisuales. 
 
Castellanos, gestor de políticas y proyectos sociales y culturales latinoamericanos, manifestó en una entrevista para la Revista Cambio que “es un libro acerca de por qué un país con tantos líos y horrores decide apostarle al cine, decide apostarle a que más gente se forme en este campo, a que más gente cuente historias locales, a que las producciones foráneas de grandes estudios y plataformas vengan a contratar trabajo de artistas y técnicos nacionales, a que haya personas que inviertan tiempo y dinero en ello. La balanza entre el entretenimiento puro y duro y el “cine guerrilla (...) Buena parte de América Latina busca reproducir los instrumentos conseguidos en Colombia. Por ejemplo, las contribuciones o las deducciones por invertir en cine colombiano y descuentos para quienes vengan a contratar talento local, creados en las leyes audiovisuales de 2003 y 2019, pues su factor multiplicador es de tres a uno. Vale decir, el Estado pone uno y le llegan recursos por tres veces más. El caso colombiano es sorprendente. En tiempo récord (20 años) más películas, infraestructuras, trabajo, empleos, escritura de obras; acogimiento de pantallas como plataformas, teatros, televisión; competitividad regional; balanza comercial positiva, aportes al PIB; escuelas y academias, comisiones fílmicas, contratación de locaciones, filmaciones en espacios públicos”. 
 
Para más información, se puede escribir al correo ricardojimenez@proimagenescolombia.com