Sebastián Cordero, director de la coproducción Rabia (Próximamente en cartelera)
Pantalla Colombia No.: 483octubre 29 - noviembre 05 / 2010
Nació el 23 de mayo de 1972, en Quito (Ecuador). A los 9 años su familia lo llevó a vivir a Francia, donde vivió hasta los 15 y descubrió su pasión por el séptimo arte. Ha sido productor, director, fotógrafo y editor de cortometrajes y videos musicales, y es considerado el principal cineasta en la incipiente cinematografía ecuatoriana, que ha trabajado con actores de la talla de Damián Alcázar (García) y John Leguízamo (El amor en los tiempos del cólera). Rabia es su tercer largometraje y se estrena la próxima semana en Colombia.
Estudió cine en la Universidad de California del Sur (Los Ángeles) y en 1995, regresó a Ecuador con la idea de hacer allí su primer largometraje. Escribió y realizó su ópera prima, Ratas, ratones y rateros (1998), en la cual retrata la vida de un Ecuador sacudido por la pobreza y la delincuencia, y con la que demostró un estilo parecido a cineastas como el colombiano Víctor Gaviria con Rodrigo D. No futuro (1990). La película hizo un recorrido por 50 festivales y obtuvo numerosos reconocimientos, entre ellos nominaciones al Goya de España como Mejor Película Extranjera de Habla Hispana; y al Ariel de México como Mejor Película Iberoamericana, además de participar en los festivales de cine de Venecia y Toronto.
Para su segundo largometraje, Crónicas, Cordero consiguió el apoyo del Instituto Sundance mediante el premio NHK International Filmmakers, que en el 2004, participó en la sección “Una cierta mirada” en el Festival de Cannes en la sección y fue nominado al Gran Premio del Jurado en el Festival de Cine de Sundance. En él presentó al actor colombo-estadounidense John Leguízamo como el presentador de un programa amarillista de Miami que viaja a un pueblo ecuatoriano para seguir la pista de un violador de niños, conocido como “el Monstruo de Babahoyo” (inspirado en el colombiano Luis Fernando Garavito), y se encuentra con que los habitantes intentan linchar a un vendedor ambulante, luego de la muerte fortuita de un pequeño. Allí también participó el mexicano Damián Alcázar, por cuya actuación obtuvo el premio Ariel a Mejor Actor en 2007, y la misma distinción en los festivales de Cartagena, Guadalajara, Lima y San Sebastián.
“Desde hace rato estoy tratando de hacer un proyecto en Estados Unidos, no sé en qué momento se dé, pero hay varias historias que quiero contar en Ecuador todavía”, declaró Cordero recientemente en San Sebastián, donde participó como jurado en la sección ‘Horizontes Latinos’. “Igualmente quisiera poder hacer una película en Ecuador y una película fuera, ir alternando, siento que conozco muchas realidades, tanto de mi país como de otros”.
Su tercer largometraje, Rabia, una coproducción de Dynamo Capital (Colombia), Telecinco (España) y Tequila Gang (México), fue estrenado en el Festival Internacional de Cine de Toronto en la sección Contemporany World Cinema, es protagonizada por Martina García y el mexicano Gustavo Sánchez Parra (Amores perros), además cuenta con los actores españoles Alex Brendemühl, Concha Velasco, Iciar Bollain y Xavier Elorriaga. Dentro de su equipo técnico se destaca la participación de Guillermo del Toro (El laberinto del fauno)como productor, Enrique Chédiak (28 días después) director de fotografía; y de Eugenio Caballero, ganador del Oscar a la mejor dirección artística por El laberinto del Fauno. Rabia ya fue estrenada en España, Ecuador y México. Cordero trabaja en la postproducción de su nuevo filme, Pescador, basado en un hecho ocurrido hace varios años en Ecuador, el desembarco de un cargamento de cocaína en un puerto de pescadores, el cual se estima sea estrenado en Ecuador a mediado de 2011. “Latinoamérica es uno de los lugares donde están sucediendo cosas cinematográficamente muy interesantes, precisamente por la serie de obstáculos que existen y la realidad muy fuerte del día a día. La gente se vuelve más creativa cuando tiene que hacer una película con menos dinero… Por alguna razón, no hemos logrado todavía que nuestro cine se difunda naturalmente en los países vecinos sin necesidad de haber pasado primero por Estados Unidos y España”, afirma.