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Nació en Bogotá, el 08 de mayo de 1976. Desde muy temprana edad mostró interés por las artes escénicas. A los 14 años ingresó al programa juvenil de música de la Pontificia Universidad Javeriana, mientras dirigía y actuaba en obras de teatro escolares. A los 18, inició su entrenamiento formal como actor en la Escuela de Arte dramático Rubén Di Pietro, donde compartió escenario con reputados actores como Aldemar Correa (Paraíso travel) y Catalina Sandino Moreno (María llena eres de gracia).

En 1998 ingresó a la escuela de cine de la Universidad Nacional de Colombia, donde escribió, dirigió y actuó en una docena de cortometrajes, documentales y animaciones. En 2004, dirigió el documental El Show, del que fue también productor, cámara y músico y con el cual culminó sus estudios y recibió el título de realizador de Cine y Televisión, con Especialización en Nuevas Tecnologías. Continuó su formación actoral con maestros como Andrew Wade, Soheil Parsa y Raul Quintanilla, y en 2005, junto al productor Máncel Martínez, escribió el guión de Apatía, una película de carretera, que se estrenó en cartelera nacional el 23 de noviembre de 2012.

Los siguientes 5 años trabajó como escritor, productor, actor y músico del proyecto fílmico, hasta conseguir financiación completa y un estímulo del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico –FDC- en la modalidad de Producción de Largometrajes 2008, que le permitieron finalizar el filme en el año 2011. Ortegón también se ha desempeñado en producción, dirección, cámara, guión, montaje y aspectos relacionados con la puesta en escena.

Ha estudiado escritura de guiones con maestros como Guillermo Arriaga, Linda Seger y Robert McKee y ha sido consultor de guiones en varios proyectos de corto y largometraje. También es el guionista y director del cortometraje True Love; en 1996 escribió el guión y dirigió el plano secuencia de un minuto La caja de zapatos; en 1997 dirigió y produjo el cortometraje argumental Esta carta, en 1998 realizó estas mismas funciones en El circo. Su siguiente proyecto de largometraje se llama Bienymal.

Para Arturo Ortegón, filmar es "la respuesta básica a una necesidad básica, la necesidad de capturar espacios, tiempos y materiales que definan, finalmente una identidad. La construcción de abstractos a través de concretos, de lentes, de ropas, de vehículos, de un diseño y una planeación de lugares, tiempos, divisas, emociones (…) es jugar. Jugar un juego tan imposiblemente fascinante que no hay más alternativa que jugarlo hasta las lágrimas; seriamente,  y arriesgar la cordura y hasta la vida para convertir en un  producto y una obra tangible, ese juego. Todas las cosas humanas eventualmente perecerán o se transformaran en algo más allá de la noción de vida y muerte. Lo humano y lo hecho por el hombre mata y muere. Por eso es que no es el destino sino el camino".