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En El alma quiere volar, Camila (10) tiene un deseo particular: quiere que sus padres se divorcien. Durante sus vacaciones, descubre, inesperadamente, que las mujeres de su familia están malditas y, por lo tanto, ella también. Camila deberá lidiar con el hecho de crecer en una familia disfuncional al tiempo que intentará hacer su deseo realidad. Esta película combina el suspenso, la superstición y la brujería, con momentos cotidianos de una familia de mujeres, y explora mitos, rituales y rezos que son practicados en algunos pueblos de Latinoamérica.
 
Esta es la ópera prima de Diana Montenegro, quien también participa como guionista y productora ejecutiva junto a Orlando Culzat, Aline Mazzarella, Matheus Peçanha y Thiago Yamachita. Junto a ellos participaron Andrés Morales en la dirección de fotografía, Ana Lucía Tello y Manuela Gálvez en la dirección de arte, César Salazar en el sonido e Iván Wild en el montaje, entre otros. Su distribución en Colombia está a cargo de La Alucinante Fábrica.
 
Fue estrenada mundialmente en 2020 en el Festival Black Nights Tallinn (PÖFF) de Estonia, para luego participar en festivales como el Mannheim-Heidelberg de Alemania, el Venice Film Week de Italia, y recibir diferentes reconocimientos en 2021 como el Premio de la Crítica Francesa (SFCC) en el Festival de Cine Latinoamericano de Toulouse, el Premio del Público en la sección Sismos del Festival de Huelva, el Premio del Público a Mejor Ópera Prima del Festival de Cine de Trieste, entre otros. Para su producción recibió el apoyo del FDC 2016 en la modalidad de producción de largometraje de ficción categoría 1, el apoyo de producción del Fondo Brasilero ANCINE (Agência Nacional do Cinema), de la Secretaría de Cultura de Cali y del Fondo Mixto para la Promoción de la Cultura y las Artes y de la Secretaría de Cultura del Valle del Cauca.
 
Hicimos una película es un largometraje documental dirigido por Miguel Urrutia, que se guía bajo una premisa que incluye 500 personas, 15 cortos, una historia, y una ficción hecha documental. Desde una homicida manipuladora en Buenaventura, pasando por la violencia de un homofóbico sobre su hermano travesti, los dramas internos de un artista plástico con problemas mentales, hasta la maravillosa animación del gran Carlos Santa. Hicimos una película incluye 10 cortos magistrales y las diferentes experiencias vividas por más de 500 personas durante una serie de talleres audiovisuales donde, en tan solo tres días, los participantes aceptaron el reto de crear, producir y transmitir por redes sociales un cortometraje en plano secuencia.
 
En palabras de su director, “por dos años y con 500 participantes, realizamos una serie de talleres de formación audiovisual en 15 municipios del Valle de Cauca en Colombia. Consistía en hacer un cortometraje en tres días y transmitir el proceso en vivo y en directo por redes sociales; el resultado fue un nuevo modelo pedagógico que terminó inspirando a más de 20 colectivos en las regiones. Todo esto: la experiencia, anécdotas, cortometrajes, detrás de cámaras, producción, lecciones de cine, historias, está resumido en el documental”.
 
Distribuido por Alterna Vista, contó con Iván Acosta en la producción general; Judy Luna, Iván Acosta y Miguel Urrutia en la producción ejecutiva; Miguel Urrutia con los grupos de Cali, Sevilla, Palmira, Tuluá, Buga, Roldanillo y Buenaventura en la fotografía; Laura Rodríguez como montajista; Manuel Rodríguez R. como editor principal; Julio Cesar Rodríguez como editor final; Andrés Felipe Sereno Ruiz como editor de sonido; Laura Milena Rodríguez Ruiz en la mezcla; Sandra Biviana Vega Dussán en el diseño de sonido; y Jairo Alejandro Guerrero Sanabria en la musicalización. 
 
Finalmente, gracias a la distribución de Trilce Cinema, en el circuito alternativo se podrá ver la coproducción Sansón. En ella, Baldomero, un ex boxeador, sale de prisión después de varios años de encierro. Su nueva libertad lo atormenta y se ve a sí mismo como un hombre olvidado y excluido de la sociedad. Al conocer a Amelia, una cantante de tecno-cumbia, siente fuerza y esperanza de reconstruir su vida, pero la culpa y los fantasmas del pasado están más vivos que nunca.
 
La película es dirigida por el ecuatoriano Pável Quevedo y producida por Lucía Romero desde la casa productora Alquimia Audiovisual, en coproducción con Aguacero Cine (Ecuador) y La Prepro Soluciones Audiovisuales (Colombia), en cabeza de Angie Gómez. Para su producción fue ganadora del primer premio de postproducción en el Festival FICVIÑA, en la sección del WIP, en Chile; obtuvo los fondos de coproducción y desarrollo del Programa Ibermedia y del IFCI (Instituto de Fomento a la Creatividad y la Innovación) en Ecuador, entre otros.